«Esto era la guerra, la guerra de verdad, a veces incluso tan o más auténtica que la que se libraba en las fronteras de los dominios de Roma. Era la guerra en las entrañas del Senado, era la lucha sin condiciones ni reglas. Todo parecía estar regulado, pero valía todo».
¡Saludos al mejor de los públicos! Así empezaría Plauto.
LAS LEGIONES MALDITAS
Santiago Posteguillo termina con esta novela su trilogía sobre Publio Cornelio Escipión Africanus. Una trilogía que, para mí, va de menos a más. Si en Africanus leí una buena historia, quizás un poco lastrada por un excesivo ánimo docente, con Las legiones malditas caí rendida ante una novela escrita con pasión y devorada con ansia, una novela arrebatadora, absorbente y emocionante.
La Traición de Roma es la novela más compleja, más profunda, más madura. No digo con esto que falten batallas, traiciones, enfrentamientos épicos, momentos de tensión narrativa. Madurez no es sinónimo de aburrimiento, sino de profundidad, calidad, complejidad. Los personajes conocidos se desarrollan mucho más, han madurado psicológicamente. Es destacable en este sentido el cambio que imprime el autor al personaje principal, Escipión. Pues se manifiesta en él un lado oscuro más real, más creíble y mucho más humano.
SANTIAGO POSTEGUILLO
Aunque el foco sigue centrado en Escipión y Aníbal, los secundarios se multiplican, de los hilos narrativos brotan retoños que crecen y se entremezclan, igual que los hijos de los protagonistas se erigen a su vez en protagonistas de sus propias historias: Cornelia, Publio, Jepri. Junto a los personajes que nos han acompañado hasta ahora y lugares ya conocidos, surgen nombres casi desconocidos de reyes, lugares y batallas que poco a poco cobran forma y se hacen un hueco en una historia que se extiende geográficamente, a la vez que los tentáculos de Roma avanzan más allá de los confines de su territorio: Antíoco III, Prusias, Panión, el Ponto Euxino, Bitinia, Magnesia, Emporiae, Campi Magni…
Es la hora del crepúsculo de los generales, y así se iba a titular inicialmente este tercer volumen: la hora de la soberbia de Publio Cornelio, que le lleva a cometer graves errores; del nacimiento político de Tiberio Sempronio Graco; de las aparentes victorias de un Catón convertido en alguien tan peligroso para la República como ese fantasma que no deja de invocar; del exilio amargo de Aníbal a las órdenes de mediocres pero envanecidos personajillos. Y finalmente es la hora de la traición de Roma y del exilio de Escipión, como si el destino hubiese decidido unir a ambos hombres no sólo en la gloria de su juventud y madurez, sino también en las sombras que pueblan sus últimos años.
AFRICANUS
Los míticos elefantes de Cannae y Zama se convierten en esta ocasión en invulnerables catafractos, los triunfos se transforman en juicios públicos, el amor se debilita entre la distancia y los desencuentros, el campo de batalla se traslada ahora a las calles de la ciudad. Escipión es vencido en una guerra para la que no estaba preparado: la guerra en las entrañas del Senado, la guerra sucia de la política romana. Es la guerra de las palabras, en un escenario donde ya empezaban a aflorar los síntomas de la enfermedad que acabaría con el sistema político de la Urbe. Y en esta guerra de las palabras la narrativa de Santiago Posteguillo se desenvuelve con brillantez no sólo en la épica de las batallas, sino también en los vibrantes discursos ante el Senado o en la recreación de los últimos pensamientos de Aníbal.
La novela se inicia con Publio Cornelio Escipión redactando sus memorias. «He sido el hombre más poderoso del mundo, pero también el más traicionado». El libro termina con un evocador epílogo (que incluye un homenaje del autor a otra gran novela histórica) con el que se que cierra el círculo temporal de esta historia. Acompaña a este epílogo una Nota Histórica, que se agradece siempre, y especialmente porque esta guinda, lo que aquí se nos cuenta, deja un regusto especialmente dulce en la boca del lector. Como cuando éramos niños, siempre nos gusta que nos recuerden que los malos no ganan siempre.
La traición de Roma es el colofón perfecto para una gran trilogía que deja el pabellón de la novela histórica española muy alto. Es novela histórica de la buena, pues ensambla perfectamente «rigor histórico sin sacrificar la literatura a los hechos, la belleza a la verdad» (Pedro Godoy dixit) Y aunque el protagonista de estas novelas es Publio Cornelio Escipión, su álter ego Aníbal, éste Aníbal, el Aníbal de Posteguillo, merece una mención de honor. Escribir sobre un personaje sobre el que tantos y tan diferentes escritores se han volcado era un reto muy difícil. Superar el reto como lo ha superado este autor, elaborando uno de los más sugerentes, creíbles e interesantes retratos del general cartaginés, es apabullante. Con toda razón Haefs recomienda esta obra incluso para «pro cartagineses».
«Después de toda una vida parecerá absurdo, pero creo que si Aníbal y yo hubiésemos sido los dos romanos o los dos cartagineses hubiéramos sido grandes amigos. Grandes amigos. Éste es un mundo extraño.»
«Aníbal se sintió acompañado en la desgracia. Escipión. El único romano con el que mereció la pena hablar».
EDICIONES B, S.A.
Encuadernación: Tapa dura
ISBN: 9788466640824
Año de edición:2009
Plaza edición: BARCELONA
2 Comentarios:
Estas Navidades me regalaron este libro. Aun no he podido leerlo ya que quiero empezar por orden de aparicion de esta estupenda trilogia.
Todos comentan lo mismo, que santiago ha ido superándose entrega tras entrega. Describir a dos de los personajes mas importante de la historia, los cuales están tan idealizados en la mente de todos, es tarea arduo difícil. No te decepcionara en absoluto y no dudes de ir dejando tus impresiones por aquí a medida lo vayas leyendo.
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